Primero fue la música, luego el cine o las series, en algún momento le tocó al comercio de libros por culpa de Amazon y otros, recientemente ha ocurrido con el transporte de personas con UBER (el nuevo canon de la AEDE) que se anticipa, y ahora le llega el turno a AirBNB que han sido multados por la Generalitat catalana. Todos ellos tienen en común que se han topado con sectores regulados. Mientras tanto sectores enteros han desaparecido o han tenido que evolucionar porque no se consideran sagrados, dignos de la protección gubernamental. Y para mí que mientras que se aclaran, regulan y dejan de regular, el mundo va a seguir avanzando, aunque igual me equivoco.
Entiendo que al que le toca la china le duele. Que de repente algún monstruo entre en tu sector, como el elefante, y ponga del revés las reglas con las que hemos convivido durante generaciones, tiene que desconcertar. Pero es que Internet está aquí desde hace dos días, como quien dice, y ya ha traído cambios notables a nuestras vidas, ¿tienen alguna duda los que regulan o los regulados de que antes o después afectará a todo y a todos? Pueden buscarle las vueltas a AirBNB, pueden dificultar la acción de UBER, pero hagan lo que hagan, esto se seguirá moviendo. La pregunta es si haremos que se mueva aquí o lo harán desde otro lugar llevándose allí las inversiones, los ingresos y los puestos de trabajo.
Me parece muy bien que todo el mundo tenga que respetar la Ley y que todo hijo de vecino pague impuestos, pero si es un problema de exceso de regulación, de añadirles rigideces al sistema… ¿No sería mejor desregular? Ya sé que es de esas ocurrencias raras, pero es que ya no estamos compitiendo con un vecino de Móstoles o una empresa de Logroño, ahora nuestros competidores están en Vietnam o en Arequipa. Por tanto lo de AirBNB lo harán ellos mismos y sino cualquier otro al que no se podrá controlar, mientras que aquí seguimos dificultando hacer negocios. Si alguien ingresa 5.000, 10.000 o 20.000 euros al año no se va a dar de alta en autónomos porque sencillamente no se puede permitir todos los gastos que lleva aparejados «ser legal». Creo que debemos evitar que las iniciativas empresariales se vayan fuera o condenarlas a la economía sumergida. La economía está cambiando, las reglas del juego también, ¿nos subimos al tren o lo vemos pasar enfrentándonos a moros, cristianos y cualquiera que tenga un poco de imaginación?