Por lo menos hay que intentarlo. Eso es lo que debe pensar el grupo Inditex, que no es ni mucho menos un comercio minoritario. Y ese será el cometido de Carlos Crespo, que trabajará al lado del CEO, Pablo Isla, para llevar a cabo la transición y digitalización de la empresa. Su función es importantísima y para conseguir su objetivo se hará cargo de varias áreas fundamentales en el negocio, como son la de Tecnología, Seguridad de la Información, Logística y Transporte, Asesoría Jurídica, Compras y Contrataciones y Sostenibilidad. Y se encargará de trazar la estrategia digital, que deberá estar funcionando plenamente en 2020. Este proceso se comenzó en 2012, con la optimización de las tiendas para adaptarlas a las nuevas tecnologías.
Una tarea impresionante para la que tendrá que ir colocando piezas enfocándose en el objetivo de digitalizar la empresa con la intención de no dejar que Amazon le coma su trozo del pastel. Porque el gigante llega a todos los sitios, con una oferta fuerte y competitiva y por supuesto, no va a dejar la ocasión de entrar también en el mundo de la moda, del que espera ser el primer distribuidor normal. Como en casi todo.
La única manera de hacer la competencia es que todas las tiendas de la empresa estén digitalizadas e integradas en el canal online. Inditex está ahora mismo presente en 96 mercados mundiales, y en su momento prometió llegar incluso a lugares donde no hubiera tienda física de la marca. Ahora el siguiente paso es derribar cualquier otra frontera y que su ropa llegue a cualquier lugar del mundo. Y si Inditex corre riesgos, con un negocio grande saneado y de gran potencial, el de las pequeñas y medianas empresas es brutal. Y ya lo dice el refrán: "Cuando veas las barbas de tu vecino cortar, pon las tuyas a remojar"…
Imagen: Amin