La comunicación es la piedra angular de las relaciones, siempre lo ha sido, en lo personal y en los negocios, pero en el siglo XXI aún más. Con el avance de la tecnología aparecen contantemente novedades en los soportes, los medios y las tecnologías. Aunque lo cierto es que hoy nos comunicamos casi igual que siempre, porque hay algo que no cambiará: en todo proceso de comunicación hay un emisor, un receptor y un mensaje. En la actualidad también es importante introducir otro factor: la posibilidad de que la respuesta sea inmediata o en diferido.
Qué son la comunicación síncrona y asíncrona
Síncrono es un término que proviene del griego, syn, que significa con, y chrono, tiempo. Expresa la idea de que dos objetos u acciones están conectados simultáneamente. A nivel comunicacion quiere decir que hay alguien emitiendo, que otra persona está al otro lado recibiendo el mensaje y que ambos están pendientes de esta interacción. Por ejemplo, una llamada telefónica, un WhatsApp. Se define como más agil, ya que no hay esperas entre el envío del mensaje y la recepción.
Asíncrono es lo contrario, es decir, que dos objetos u acciones no están conectados de forma simultánea. Es una comunicación diferida en la que el emisor envía un mensaje y espera que el receptor los reciba para contestar. Un ejemplo sería una carta, un Email, menos ágil, que permiten una evaluación y respuesta más pausada.
Los sistemas actuales aportan un mayor grado de flexibilidad, porque los mensajes de WhatsApp no tienen porque contestarse en el acto, y los recibidos por email pueden ser notificados inmediatamente, con un aviso de entrada en la pantalla de nuestro ordenador o dispositivo móvil. Pero aunque pueda funcionar así, tiene que quedar claro que no es su naturaleza.
Para entender este aspecto fundamental de las comunicaciones, pensando en lo que llegará, vamos a analizar un par de herramientas de comunicación. Una es el correo electrónico, un clásico que ya lleva más de cuarenta años con nosotros y la aplicación WhatsApp, que apareció en 2009, eminentemente medio síncrono, ya que los participantes en la conversación habitualmente interactúan en tiempo real.
Características del WhatsApp y Email
Hoy en día en casi imposible encontrar a alguien que no tenga instalado WhatsApp en su móvil, o en su ordenador. También es habitual que una persona tenga una o varias cuentas de correo. Y en un porcentaje alto de casos, usamos tanto el Whatsapp, como el email, en el día a día. Vamos a ver qué caracteriza a cada uno de ellos.
WhatsApp es un sistema de mensajería instantánea. Es su gran ventaja. Se pueden enviar todo tipo de archivos, imágenes, multimedia… El usuario puede elegir la descarga automática o no y la ubicación en el dispositivo. Las notas de voz, la posibilidad de compartir contactos o la ubicación y las llamadas a través de la app, son otras de sus funcionalidades.
WhatsApp pide permiso y permite agregar o recharzar a un usuario que envía mensajes a otro sin ser su contacto. También se le puede bloquear. Si el receptor ha deshabilitado la opción, el emisor de un mensaje puede saber si su mensaje ha sido enviado y leído por el receptor.
El correo electrónico permite enviar también cualquier tipo de fichero adjunto. Al contrario que WhatsApp, sí que permite el archivo y clasificación de los mensajes en carpetas. Es muy fácil organizar y conservar la información que llega al correo y realizar búsquedas muy complejas. Un usuario tradicional de email puede tener almacenada información de mucho tiempo.
Tanto el Email como el WhatsApp permiten el envío masivo de mensajes. En el correo con copia de cortesía y oculta, que permite la privacidad de los que participan en el intercambio de mensajes. En los grupos de WhatsApp, enviando los mensajes sin mostrar la lista de los que lo reciben. La respuesta la recibirá solo el emisor.
En cuanto a seguridad, el WhatsApp se envía con una encriptación de extremo a extremo, solo destinatario y receptor puede leer el mensaje. Sin embargo, el email, aunque salga y llegue encriptado a los servidores, no lo está mientras permanece almacenado, ni circulando entre servidores. Dicho lo cual, ningún sistema de seguridad podría basarse en la que proporcionen las propias herramientas. No es fácil saber si en algún momento se cambian las reglas del juego o si un tercero puede acceder de otra forma. Si es necesaria una alta seguridad, es mejor utilizar métodos de encriptado propios, no dependientes de sistemas de terceros.
Según datos ofrecidos por Prioridata, a fecha de febrero del año pasado, la aplicación WhatsApp ocupaba el primer puesto en número de descargas, con más de 83 millones. Statista ofrece los siguientes datos sobre la distribución de los usuarios de Whatsapp por edades:

El número de correos enviados y recibidos, hasta este momento en 2018, es según datos de Statista de 235.600 millones, cifra que alcanzaría en su previsión los 236,5. millones.
Nos encontramos, pues, delante de dos herramientas, WhatsApp y Email, de amplio y generalizado uso, con las que se comunican millones de personas en el mundo.
En el próximo artículo haremos un breve resumen del origen y evolución de ambas herramientas.